7/9/10

Cartas Perdidas


Se pudiera empezar con una historia básicamente cotidiana: una cama y una botella. Secretos ocultos se abordaban en la habitación continua; donde noche a noche un pene nuevo aparecía y gemidos fingidos no tan distantes se percibían.

Una copa acompañada de un tabaco a lado de la ventana hacían la diferencia entre lo obsceno y la promiscuidad. Un burdel... más que eso era un desahogo de lo natural, pero era hundirse en un vicio del cual ni la misma Magdalena se podría safar.

Nunca negarse, de todos modos se rumora que no solo es sexo, a veces nada mas era escuchar y abrazar.


2 comentarios: